Si hay un plato característico en la gastronomía española ese es sin duda el jamón de bellota. Este jamón, elaborado a partir de piaras de cerdos que viven en libertad y se alimentan de tan característico fruto, cuenta con una serie de propiedades que lo diferencian del resto.
Tanto es así, que dependiendo de la presencia o no de ellas se determina la calidad. Se trata de un producto exclusivamente español en el que la cría del cerdo ibérico juega un papel protagonista.
Por último, hay que tener en cuenta que el porcentaje de dehesas hace que este sea un producto limitado. El consumidor debe observar tanto el número de serie como la cualificación DO.
La procedencia de este jamón debe indicarse y es mejor que se trate de una montanera (recogida del jamón en la bodega de conservación) de otoño. Las épocas de noviembre a enero son las más adecuadas para el consumo de esta exquisita carne.
Finalmente, se debe realizar un corte fino y uniforme procurando un buen vaciado de la pieza.